viernes, 30 de noviembre de 2007

Horizonte

Cuando una persona camina con la cabeza alta, la tachan de persona orgullosa y que piensa en una vida de grandeza. Pero en los tiempos de hoy en día hay muchas personas caminando con la cabeza baja, y no es por que sientan vergüenza, sino porque sufren depresiones. Y yo me dije a mí misma: “Valle jamás mires hacia abajo, no dejes que tu mirada te lleve al vacío. Pues todo lo que puedes encontrae es un pozo sin fondo. Y lo que es peor, puedes caer dentro del agujero.”

Así que cabeza alta, hay que mirar al horizonte y al infinito. ¡¡Nunca al vació!! Por que te llevaría directa al precipicio y esto seria sinónimo de derrota y de perdida de razón. Hay que poner cabeza alta muy alta, aunque des la impresión de aires de grandeza. Nunca, bajes la guardia. Y recuerda las palabras de la película "Lo que al viento se llevó". Esas que dicen, jamas volveré a pasar hambre. Esto pero dicho de otras forma.

¡¡Nunca miraré al vació!!

Hay que plantar cara a las cosas adversa. ¡¡nunca la razón! Tenemos que ser nosotros los dominadores y no las adversidades.
¡¡Esto sería una buena terapia para ganarle la batalla!!

domingo, 25 de noviembre de 2007

Día solidario en favor de las mujeres maltratadas

Yo desde este escrito doy toda mi solidaridad y todo mi a poyo. ¡Pienso que sería imperdonable pasar del tema, un tema tan generalizado, tan machista y tan violento. Sobre todo doy mi cariño y mi fuerza a las sesenta y nueve familia de las fallecidas.

Creo que una mujer maltratada jamás debe callar los malos trato por lo que dirá la sociedad. Yo nunca ocultaría a nadie que mi marido me maltrata. Tendría al corriente a todas las personas de mi alrededor. Con toda seguridad que les tendría informado de que clase de persona se esconde de bajo de su piel de cordero. Comenzando por la policía, los familiares y los amigos.

Pienso que hay que comunicarlo, desde el primer maltrato. Ni él ni la sociedad merecen el silencio. ¡Creo que hay que decirlo! principalmente hay que hacerlo por una mismas, por nuestra dignidad y por nuestra familia, porque el mal tratador no merece un trato cordial por parte de su víctima, ni de las personas más directa, los malos tratos se tienen que saber tanto el físico como el verbal, ya que desde la ignorancia poco se puede hacer.

¡Así que hay que denunciar!

La familia, los amigos y los vecinos pueden ser un buen eslabón para las personas maltratadas.

¡Sobre todo los vecinos por su proximidad!

lunes, 19 de noviembre de 2007

Tu amiga



Hace algún tiempo recibí una carta. Carta de una amiga, de una compañera y de una vecina, tres personas en una. La historia comienza así.
Erase una vez dos personas que cada día solían ir a caminar y en el punto de encuentro había otra persona esperando a su compañara. ¿Esperas a tu amiga?, le pregunte, Si. Seguro qué le habrá pasado algo, porque otras veces me avisa pero hoy no me ha dicho nada. Y así comenzó la historia de una gran amistad. Mi compañera y yo le propusimos que viniese con nosotras, pues por nuestra parte no había inconveniente. Ella acepta, y apartir de ese momento el grupo se convirtió en cuatro, y fue creciendo hasta llegar a nueve. La verdad és que fue una etapa muy agradable, lo pasábamos muy bien. Volvíamos llenas de energías, el trabajo lo hacíamos con más energías y con muchas más ganas, pues levantarse temprano és bueno para el cuerpo.

Bien, este escrito lo hago para manifestarle: a mi amiga, a mi compañera y a mi vecina, la sensación que me produjo recibir su carta. ¡Fue muy emocionante! Y desde este escrito yo te quiero dar las gracias, gracias por tu carta y por tus halagos. Alagos que no merezco, aun que me puse muy contenta por que a nadie le amarga un dulceo.

La carta comienza así. Para mi vecina Valle a la que quiero expresar todo lo que siento hacia ella, hace algún tiempo yo solía ir a caminar y un día me quede esperando a mi compañera la que no me pudo avisar y la suerte o la coincidencia quiso que coincidiera con mi vecina la Valle, ella me digo. ¿Quieres venir con nosotras?
Yo acepté y a partir de ese momento comencé a caminar con ella. Nos contábamos cosas de nuestras vidas y un montón de chistes, nuestra amistad fue aumentando cada vez más. A su lado me siento contenta hacía mucho tiempo que no me reía tanto como ahora, nunca pensé que fuese tan alegre, tan optimista y tan simpática siempre que la necesitas esta hay escuchándote y aconsejándote.

Para mí es una satisfacción haberla conocido. Me considero una persona afortunada porque amistades hay muchas pero amigas pocas. Valle te quiero dar las gracias por ser mi amiga y te pido que me perdones por ser tan pesada a partir de ahora que soy una cuarentona intentaré de no quejarme tanto, aunque me duela todo el cuerpo

Valle te deseo lo mejor, te lo digo de todo corazón, que el día de tu cumpleaños lo pases bien junto a tu familia y que cumplas muchos más, continua como hasta ahora con la misma energía y con la misma salud que tienes en este momento. Te lo desea tu vecina la pesada la que te echa de menos cuando no estás en tu casa. Te queremos como eres no cambies nunca.
Tu amiga Cecilia.

Las cuatro estaciones

Otoño rosado
y
dorado, tu bellesa me
ha cautivado.


Invierno frió y helado,
para los pueblos.
Nieve dura
y
blanca, para las montañas.

Primavera verde y bella,
tu presencia, alegra mi tristeza,
por dentro y por fuera.
Gracias primavera.


Verano seco y caliente tu calor
llena las playas,
de bikinis, de refrescos y de bañadores.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Recuerdos de juventud (primera parte)

Hace algunas décadas más o menos, cuando yo tenía ocho o diez años fui una niña beneficiada en la calle beneficiados número ocho de Écija. ¿Qué representa ser una niña beneficiada? Esto representa que fui una niña entre otras muchas niñas repartida en casas de personas adinerada para poder comer un plato de comida cada día.

Recuerdo que mi madre me acompañaba hasta la puerta, tocaba el timbre y se marchaba, yo subía las escaleras y entraba a un recibidor a la derecha estaba la cocina que, por cierto, el olor de la sopa aún lo presiento. Es un olor que no se olvida, pero me da pena no recordar a las personas de aquella casa. Sé que había una familia y sus criadas, pero sus caras y sus cuerpos no los recuerdos.

¡Claro, hay muchos años de por medio! Y ahora que estoy recordando esta etapa de mi pasado, me viene a la memoria el barrio donde yo vivía con mi família. En el barrio que vivíamos hay una iglesia que tiene por nombre San Gil (Es una iglesia tipo catedral) y es muy bonita. En semana santa suelen sacar tres cofradías preciosas, que a la hora de ponerlas en la calle tienen que utilizar toda la inteligencia habida y por haver porqué las calles son muy estrechas y cuestan de sacar.

Pero esto da más emoción a la fiesta. Este barrio tiene una plaza muy grande y tanto las calles como la plaza de este barrio eran de piedras. La iglesia tiene entrada a tres bandas, y la puerta principal está en la calle más estrecha, es por esto que cuestan de sacar las cofradías. En la plaza hay otra puerta pero tiene varios escalones, y es imposible poder sacar los pasos por este lado porque la situación aún es más complicada.

Otro de mis recuerdos és que en esta plaza había un quiosco de chucherías y lo regentaban dos hermanas. ¡Por cierto eran mellizas! Una de ellas se llamaba Rosario, el nombre de la otra no lo recuerdo, lo que sí recuerdo és que me decían que yo era una niña muy guapa y que el flequillo me favorecía mucho y yo me ponía más ancha que larga con estos halago.

¡La verdad es que tenía pocos y por esto los debo recordar!

lunes, 12 de noviembre de 2007

Recuerdos (segunda parte)

Ahora quiero hacer una descripción de la calle en que vivíamos, su nombre es calle San Marcos número cinco, desembocaba a la plaza y el suelo era de piedra como la mayoría de calles de este pueblo. Bien, para llegar hasta mi casa si lo hacíamos por la plaza a la izquierda había una casa que hacía esquina y en ella vivía una familia muy conocida de mi familia que tenía varios niños y al más pequeño yo le hacia de canguro a cambio de un poco de comida. La madre del niño se llamaba Pepita y me tenía mucho cariño.

Un día uno de mis hermanos fue y me dijo que fuese para casa que nuestro padre reclamaba mi presencia y quería que todos estuviésemos juntos. Cuando llegamos me sentí muy emocionada porque se trataba de algo importante para la familia. Este día lo recuerdo con tristeza y sentimiento ya que mi padre hizo algo incorrecto, aunque fue por necesidad. Sé que fue duro, muy duro para él ya que mi padre era el hombre más honrado de la tierra.

Pero hay un dicho que dice que la necesidad obliga y mucho más si la necesidad es la falta de comida, y él sintió esa necesidad de coger algo que no le correspondía. Nunca se habló de ese episodio, lo que se dijo o lo que no se dijo. ¡Esto nunca lo sabremos! Lo que si sé, es que lo que mi padre cogió fue lo más bueno que jamás hemos comido porque se mezclaba la necesidad y el sentimiento.

De esta casa marchamos a otra en mejores condiciones pero al otro lado del pueblo, la primera no es que estuviera en el centro pero sí más céntrica que la segunda. La segunda y la definitiva.

De esta casa salimos para venir a Catalunya, mi padre la conservó un tiempo hasta saber como irían las cosas por esta nueva vida. La primera casa estaba en la calle San Marco número cinco y precisamente el nombre de la calle es el nombre de mi nieto la segunda casa estaba en la calle la Victoria número sesenta y uno y por esta pasaba la carretera Córdoba Sevilla.

Esta casa la compro mi padre con varios vecinos y la teníamos que compartir con ellos.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Recuerdos (tercera parte)

Una de estas familias era nuestra amiga Julia, y también la familia de nuestro amigo Adolfo y una señora que se llamaba Magdalena con su hija Gloria en esta casa teníamos que compartir cocina, lavabo y agua, el agua la cogíamos de un pozo medianero con la casa de al lado. Esto antiguamente era muy común en Andalucía, normalmente las casas tenían un pozo compartido y el pozo estaba dividido con una pared de por medio y cada uno cogía el agua por su lado correspondiente.

¡Únicamente veíamos el cubo! La pared impedía que las personas pudiesen verse las caras. Tengo que decir que no todas las casas tenían pozos, en muchas de ellas no había y esto suponía tener que ir a la fuente por el agua y muchas de las familias entre ella la mía teníamos las fuentes a varios quilómetros de nuestras viviendas.

Yo misma he tenido que ir muchas veces a por agua, agua para todo: para lavar, beber, cocinar y para el aseo personal. Yo recuerdo que en todas las viviendas teníamos unos barreños y el día que tocaba ir a por el agua, hasta que los barreños y los cubos no estuviesen llenos no se dejaba de ir a la fuente. ¡Esta tarea la hacíamos entre mi hermana y yo!

Recuerdo que había que aprovechar el viaje y llevar dos cubos o un cántaro y un cubo. El cántaro te lo tenías que poner en la cadera y el cubo en una mano y como el trayecto era largo, teníamos que descansar de vez en cuando ya que tanto mi hermana como yo éramos pequeñas.

No me extraña que la mayoría de mí generación estemos hechos polvo. ¡Tenemos los huesos llenos de dolores! Y cuando éramos adolescentes al no ir al colegio nuestro futuro era el trabajo del campo, o el del servicio doméstico. Así estamos los de mi generación que no balemos para nada.

Cuando tuve la edad de trabajar me coloqué en casa de una familia que tenia tres hijos, la madre se llamaba Pepita, el padre Juan y los nombres de los niños no recuerdo. Lo que sí recuerdo es que llevaba al niño pequeño a pasear y siempre me convencía para ir por donde él quería y cuando salía con sus padres les montaba un número de padre y muy señor mio si no se salía con la suya.

¡Des pues era yo la que recibía la reprimenda!

sábado, 10 de noviembre de 2007

Recuerdos (Cuarta parte)

De esta casa no me quedó buen recuerdo porque un día sin saber el porqué, el marido me despidió me dijo coges tus cosas y marchate yo así lo hice. ¡Cogí mis cosas y me marché a mí casa! Era tarde noche y mí madre toda sorprendida me preguntó qué era lo que había pasado. Hoy por hoy aún lo tengo que saber. Pasados unos días fueron a casa para decirme que volviera la verdad que me sentí muy alagada, pero mí orgullo me hizo contestar que no. Después de esta casa entré en otra que estaba a las afueras del pueblo.

Esta familia tenía cuatro niños y nunca mejor dicho porque eran barones: Desiderio, Fernando, Pepe y Alejandro. Su madre Ana y su padre Fernando. En esta casa no me quedaba a dormir. Mi madre y mi hermano pequeño cada noche iban a recogerme y para ellos suponía una mala tarea porque en aquellos tiempos todo lo teníamos que hacer andando así que mi madre me pidió que lo dejara.

Así lo hice pero marche con tristeza porque el tercer hijo me quería mucho y me daba pena dejarlo. Estuve algunos días en mi casa sin trabajar, no muchos porqué yo prefería más estar ganando un dinero que estarme en casa trabajando y no ganar nada, esta fue la última casa que trabajé en mi pueblo.
Era una familia de diez personas: la madre, la abuela y ocho hijos, dos hijas y seis hijos. Sus nombres son estos: la abuela Elena, la madre María, los hijos José, María, María del Valle, Elena, Alfonso, Javier, Miguel, Jesús y Pablo.

De esta casa tengo buenos y malos recuerdos pero no los explicare, ni los buenos ni los malos porque si tengo que decir tal como fueron las cosas alguien quedaría mal parado así que no diré nada. Lo único que si haré es terminar con estos recuerdos de mi juventud diciendo que muchas noches sueño con esta casa y con esta familia. Espero que estos sueños sean por los buenos recuerdos y no por los malos.
Ahora hago una pausa pero mañana volveré con más historias.

Bueno después de una pausa de una noche y un día he vuelto para continuar con lo prometido y con lo que pueda recordar de mis vivencias. Aclarado este punto continúo con mi objetivo que trata de lo siguiente.

En esta última casa estaba a pensión completa y esto significa que tenias que dormir en este lugar, las tareas comensaban a las ocho de la mañana hasta las doce de la noche.

Yo estaba contratada para el servicio doméstico, recuerdo que éramos cinco mujeres y un hombre, su nombre era Curro, él hacía de cochero. Este era el medio de transporte de las personas adinerada de aquel tiempo. ¡Coche de caballo! Los coches de hoy no existían.

¡Algo increíble! ¿Verdad?

El trabajo de las mujeres estaba repartido de la siguiente forma: Carmen hacia de cocinera, Jacinta de planchadora y costurera, Paca de lavandera, Ana y yo hacíamos el trabajo de cuerpo de casa, este era el nombre que tenia nuestro trabajo, ¡Cuerpo de casa!. La cocina, la plancha y la colada estaban fuera de nuestras obligaciones.

¡Doy por terminados estos recuerdos de mi juventud!


domingo, 4 de noviembre de 2007

Mis sueños

Mis sueños, y no me refiero a los sueños imposibles a esos que son inalcanzables. Me refiero a los que tengo cuando estoy dormida. Yo soy una persona de mucho soñar y la mayoría de los sueños son de pesadillas. ¡Muy pocos son agradables! Uno de los últimos cuando desperté no quería volverme a dormir otra vez, porque si lo hacía estaba segura de que jamás iba a despertar, y estuve un buen rato resistiéndome a cerrar los ojos e incluso lo que deseaba en ese momento era que llegara la mañana lo más pronto posible. ¡Fue horrible todo lo que soñé!

Yo estaba entremedio de muchas personas y todas ellas me golpeaban: golpes en el cuerpo, en la cara, en los brazos y en las piernas, era imposible escapar de aquel linchamiento. Yo pedía: socorro, auxilio y nadie me socorría. Al final llamo a mi madre y lo hago llorando y en voz alta que más que alta eran gritos que hasta lo oyó mi marido. Recuerdo que decía ayudadme, auxilio por favor mamá, mamá ayudame y con estos grito de auxilio desperté. Me dolia todo mi organismo: Los brazos, el pecho, las piernas, la espalda y estaba ronca, tenía palpitaciones muy agudas tanto que quedaban reflejadas por todas partes y este era mi miedo a dormirme de nuevo.
Por la mañana lo expliqué a Paulino y me contesto que lo había oído todo pero que no me despertó porque le daba miedo hacerlo. He llegado a la conclusión que este sueño es un derivado de toda la agitación que existe en todos los medios de comunicación. Esto me hace pensar que el país de Alicia está mucho más lejos que el país de nunca jamás.

Dos cuentos maravillosos que nunca existirán en nuesta vida real.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Mí memoria

En muchas ocasiones pensamos. ¿Qué me ha dado la vida? Yo pienso que a mí personalmente me ha dado lo justo y necesario para subsistir. Aunque también creo que me ha dado un montón de cosas, y todas muy importantes.

En primer lugar unos padres, cuatro hermanos, un marido, una hija, un yerno, un nieto, un montón de sobrinos, y muchas cosas más. Entre ellas la memoria, la que aún conservo. ¡La memoria es nuestro pasaporte! Nuestro presente y nuestro futuro, sin este requisito no seriamos nada, únicamente seríamos objetos. Yo tengo mucho miedo a perderla y por esta razón tengo que hacer lo imposible para retenerla dentro de mi cabeza.

¿Y cómo la podemos retener? Yo creo que la tenemos que utilizar en todos los momentos nunca hay que bajar la guardia. Yo hoy he tenido una corazonada y esto me ha hecho reaccionar y he pensado antes de que me falle la memoria haré un repaso familiar para que quede constancia de las cosas por escrito. Cosas del presente, cosas del pasado, pues el futuro ya irá viniendo.

Así que manos a la obra ya que cuando llegamos a cierta edad no podemos confiar de este don tan maravilloso como es la memoria. Yo hoy dispongo de tiempo para hacer un repaso de algunas cosas de mi vida y de mi família. Lo primero que haré será una relación de los nombres y de las fechas de nacimiento. Comenzando por mis padres, nombre de los progenitores Antonio Macias Guzmán nacido en Écija Sevilla el cinco de abril de mil novecientos cinco en la calle Alamillo numero veinte y seis fue registrado el siete del mismo mes a las once de la mañana. Nombre de mi madre Celia Gonzalez Tirados nacida en Cañada del Rosal en la calle Barrio Nuevo, el dieciséis de febrero y fue bautizada el veinticuatro del mismo mes. Contrajeron matrimonio el veintinueve de septiembre de mil novecientos treinta, mi madre fue confirmada en la Iglesia de Santiago el cinco de mayo de mil novecientos veintiséis. Toda la familia, de mis, padres son nacidos en Écija, excepto mi madre que nació en Cañada del Rosal y desconozco porqué mi madre nació en un lugar diferente del resto de la familia.

Mis hermanos y yo misma, también somos nacidos en la Ciudad de Écija, los nombre de mis hermanos y fechas de nacimientos son estos: mi hermano mayor Antonio Macias González, nació el doce de septiembre del treinta y uno, nombre del segundo, José, fecha de nacimiento veinticinco de enero de mil novecientos treinta y siete, tercer hijo en este caso hija, su nombre es Concepción, fecha de nacimiento veinte de enero del cuarenta, cuarta hija Valle nació el once de julio del cuarenta y uno, fue bautizada el diecisiete del mismo mes, quinto hijo Manuel, fecha de nacimiento dieciséis de agosto de mil novecientos cuarenta y cinco, nació a las once de la mañana en la calle Barba número catorce, aunque esto no es exacto pues aunque yo tan solo tenía cuatro años, recuerdo muy bien que nació en el campo, era verano hacía mucho calor, y yo quise que comiera la típica comida andaluza que tiene por nombre salmorejo, aún recuerdo la mujer que ayudó a mi madre en el parto, era mayor y tenía un pañuelo negro en la cabeza. Fue bautizado el veintidós de septiembre del mismo año. Todos los hermanos fuimos bautizados en la Iglesia de Santa María de Écija Sevilla.

Fecha de casamientos de cada uno de los hermanos. Antonio, veinticuatro de diciembre de mil novecientos cincuenta y nueve, José, catorce de septiembre de mil novecientos sesenta y nueve, Concepción, el nueve de enero de mil novecientos sesenta y dos, Valle, el dieciocho de julio del sesenta y ocho, las fechas de casamiento las he puesto siguiendo el orden de edades no la de casamiento. La historia de Antonio y de Celia terminó con una historia triste, que fue la muerte de su quinto hijo. El cinco de junio de mil novecientos sesenta y siete.
Por ahora cierro esta pequeña parte de mi vida espero de poder seguir contando algunos fragmentos más.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Día de todos los Santos

Hola a los tres. Hoy como cada año obligatoriamente me toca cumplir con un trabajo triste. Este trabajo por circunstancias de la vida me ha tocado a mí hacerlo y este año precisamente hace cuarenta. Cuarenta por uno de los tres. ¡Por ti Manolo! Treinta y ocho por ti padre y veintitrés por mi madre.

Yo después de tantos años aún no había caído en la cuenta de algo, siempre pensé no entiendo el porqué de las cosas, el día uno de noviembre es el día de todos los Santos y el dos el de los difuntos, en cambio la tradición de ir al cementerio es el uno y yo pensaba ¿Cómo puede ser esto? Hoy ya lo entiendo y sé el porqué de las cosas: Hoy es el Santo de mi padre, el de mi madre, el de mi hermano y el de todos los que están en el cementerio y es el día dedicado para rendirle un homenaje a todos juntos.

Yo en el día de hoy aprovechando este momento de atención especial quiero deciros algo, lo que yo quiero decir es que mis visitas al cementerio son algo escasas pero también quiero que sepáis que no es por descuidos ni por falta de ganas, pienso en vosotros constantemente, pero en la vida de los vivos hay muchas obligaciones y siempre no se puede cumplir con todo.
Yo cuando hace mucho tiempo que no os hago una visita me siento muy mal conmigo misma, y el día que vengo aunque sólo sea un momento al regresar a casa todo el tiempo voy repitiendome que bien me siento. ¡Hoy mi alma esta tranquila! Tendría que venir más a menudo.

En el día de hoy mi alma esta tranquila pero al mismo tiempo triste. Tranquila porque el tiempo me ha permitido dedicaros unas horas, las justas para hacer lo que tengo que hacer que en definitiva el tiempo empleado no es nada porque pronto el trabajo está hecho. En cambio la satisfacción que siento es inmensa cuando lo veo limpio y con las flores puestas.
¡Después viene la tristeza cuando descubro que el pueblo de los difuntos cada día va creciendo! A mi no es que me guste mucho estar demasiado tiempo dentro de este lugar pero en un día como el de hoy te ves moralmente obligada a hacer un recorrido y este recorrido te llena de escalofríos por todo el panorama que estas presenciando.

¡Un panorama que no se puede evitar!