martes, 25 de mayo de 2010

Para ti

Hola Eva

Entre ejercicio, chirigota y alegría hemos llegado a este día.
Y
para que no te olvides de nosotras te hacemos esta despedida junto con este regalito.
Esperamos que te guste y que en la salud y en el trabajo te vaya bonito porque en tiempo de crisis buena falta que nos hace.
Y
como se suele decir en muchas ocasiones, colorín colorado este curso ha terminado. Hasta la próxima temporada si Dios quiere porque, estoy segura que todas las aquí presentes.

¡¡Sí queremos!!

domingo, 16 de mayo de 2010

Palabras que llegan al corazón

Hola Marc; hoy quiero decirte gracias, gracias.

Gracias por todo lo que he aprendido a tu lado, contigo he aprendido a leer en voz alta.
A inventarme canciones, las canciones de mi juventud a hacer fotos. Cosa que no pude hacer con tu madre cuando era pequeña, porque cuando ella nació mi voz y mi corazón, quedaron bloqueados por la pérdida de dos personas muy queridas para mí.
Y porque enseguida me tuve que poner a trabajar y dejarla al cuidado de mi madre.
¡O sea con su abuela! Porque Paulino y yo teníamos que trabajar para que ella tuviese una buena calidad de vida en todos los conceptos. Pues no queríamos que le pasara igual que a nosotros. Sobretodo no queríamos que le faltaran los estudios y para eso se necesitaba tener medios económicos, por que para cuidar y querer, el dinero no es necesario.
Es bien cierto que el cariño no se compra ni se vende. Pero sí que nos tenemos que sacrificar, renunciando al disfrute de los hijos y esto es una cadena, pues igual que lo hicimos nosotros hoy lo tienen que hacer tus padres.
Pero gracias a Dios el trabajo no disminuye el cariño para con nuestros hijos. Al contrario, el cariño por los hijos crece y crece. Igual que el de los abuelos, que aunque se suela decir que es diferente no deja de ser grande, grande.
¡Lo dice alguien que de eso entiende bastante!

Bueno Marc, espero que el día que tú seas mayor y estés leyendo este escrito te haga recordar los buenos momentos que pasamos juntos, igual que yo no olvidaré la cantidad de veces que

has pronunciado mi nombre y todas las veces que has dicho que me quieres.Como tan poco olvidaré el día y el momento que cogiste mi mano y me preguntaste,

¿tú eres la Valle? Sí, te contesté, pues tú eres la Valle de mi corazón. Gracias Marc por todo el enriquecimiento que he aprendido de ti.
¡Y el que aun me queda por aprender!

Un fortísimo abrazo de tus abuelos, Paulino y Valle.