jueves, 28 de junio de 2007

Vidas paralelas.

Tú eres Mercedes, yo Valle y sin tener parentesco somos muy iguales.
Nos conocimos en los sesenta.

Tú te casas yo me caso, tú me regalas yo te regalo, tú tienes una hija, yo tengo una hija, volvemos a los intercambios.
¡Me regalas, te regalo!
Pasa el tiempo y nuestras hijas crecen y llega la hora de los estudios, los estudios básicos, los superiores y los universitarios. Tu hija estudia abogacía, la mía filología.

Pasan cinco años, llenos de sacrificios, el tiempo sigue y llegó, el noventa y seis, tu hija se casa, la mía se casa, la tuya el veinte de julio, la mía el diecisiete de agosto.
¡Otra vez nos volvemos a reunir!

En el noventa y nueve nuestras hijas se convierten en madres y esto significa que tú y yo en abuelas, tú tienes un nieto, yo otro nieto. Así que las dos continuamos coincidiendo, tu trabajo y el mío tienen la misma categoría.

Hemos sido compañeras, en el trabajo y de mayor comenzamos en la escuela de adultos, tu marido y mi marido, también son muy parecidos y ninguno de los cuatros tenemos carné de conducir, aunque ellos, nos aventajan en una cosa. ¡Ellos tienen bicicletas!
Y tanto tú como yo tenemos que ir andando. ¿Puede haber dos familias más parecidas?

Lo único que nos desmarca es que tú tienes dos nietos y yo uno.

martes, 26 de junio de 2007

Las votaciones y su escasa participación.

El pasado veintisiete de mayo en España celebramos las elecciones municipales y algunas autonómicas. Pronto habrá pasado un mes y aún no han llegado a un acuerdo, seguro que esto se debe a la baja participación.

Creo que si todos cumpliésemos con nuestro deber de ciudadanos, los acuerdos entre partidos no serían tan complicados y nosotros los contribuyentes a la hora de reclamar nuestros derechos como votantes lo tendríamos mucho más fácil, ya que siempre se ha dicho que la unión hace la fuerza.

¿Pero que puedo reclamar yo si no cumplo con mi obligación? Pienso que nada pues he dejado en manos de los demás lo que algún día yo tenga que reclamar. Además también pienso que el tripartito, desaparecería y únicamente tendríamos Gobierno y Oposición y los acuerdos serían mucho más rápidos.

Pero con tanta baja tasa de participantes aún estamos como el gallo de morón sin pluma y cacareando porque los tres o cuatro que formarán gobierno no llegan a un acuerdo y nosotros los ciudadanos ya estamos cansados de escuchar su bla, bla.

Cuando comenzaron los tripartitos pensé la próxima vez no acudiría a votar; pero llegado el momento, lo pienso y no puedo renunciar a un derecho y a una obligación que tengo como ciudadana.

Creo que en un futuro los gobernantes tendrán que inventarse algo para que la mayoría de la población nos concienciemos del valor que tiene cumplir con las urnas.

martes, 19 de junio de 2007

Ocho años juntos.

Ocho años han pasado desde tu nacimiento. Juntos hemos vivido muchas cosas. Naciste, un diecinueve y te conocí un veintiuno.

Con ilusión subí al tren en la estación de Barcelona rumbo a París, un sábado por la noche para conocerte.
Por fin llegó el momento de ver tu cara: una cara redondita, sonrosada y preciosa.

La primera noche que pasé, después de conocerte, en la cama cerré los ojos y tu rostro allí estaba delante de mí. Los abro, los vuelvo a cerrar y tu cara alli continuaba. ¡Nunca más volvió a suceder! Por mucho que lo intentara.

A partir de ese momento hemos vivido muchas cosas, las que te pienso contar, si Dios me da la oportunidad. Un beso muy fuerte por tu cumpleaños tus abuelos.

Paulino y Valle

jueves, 14 de junio de 2007

Feliz cumpleaños Raúl

El pasado ocho de junio fué el cumpleaños de nuestro profesor.

Raúl, tú nos enseñas informática, palabras
llanas, agudas y esdrújulas, entre otras cosas. Hoy además de felicitarte, también queremos darte las gracias. Gracias y felicidades Raúl. Que cumplas muchos más que lo pases muy bien en compañía de tus seres queridos.

Tus alumnas Isabel, Elogia, Carmen, Inés, Generosa, Sebastiana, Rafaela, Josefina Mercedes y Valle.

martes, 12 de junio de 2007

Homenaje a mi padre.

Querido padre, Hoy es trece de junio. ¿Y qué significa? Significa que es tu Santo y tengo ganas de hablar contigo para felicitarte y hacerte un homenaje y lo tengo que hacer a través de este escrito, pues desgraciadamente es de la única forma que lo puedo hacer.

Este es mi homenaje. Esta mañana cuando he llegado de caminar me he dicho a mi misma: hoy tengo que hacerte un regalo. ¿Y qué te puedo regalar?. Pues un montón de frases bonitas: decirte que te quiero, que te echo de menos, que tengo un montón de cosas para decirte, que mi cariño hacia ti lo tengo intacto, que el paso del tiempo no lo ha disminuido,...

También quiero decirte que tengo ganas de verte. Aunque esto sólo Dios y el destino es quien lo puede disponer. Pero seguro que algún día nos veremos. No sé cuando, pero llegará, pues todo tiene su momento y su final.

Aquí en la Tierra tengo cosas muy importantes y muy queridas que nunca quisiera abandonar; pero desgraciadamente, algún día, esto sucederá y será el momento en que tú, mi madre, mi hermano y yo nos encontremos.

lunes, 11 de junio de 2007

Miedo e incertidumbre.

Tárrega, te contaré una historia. En tus calles mi casa está y todos mis movimientos, yo no podría ir de un lado a otro sin que tú me des el visto bueno.

Te necesito para ir al trabajo, al médico, al cine, a la iglesia, al colegio, al supermercado, etc. Todo esto sería imposible poderlo hacer sin tu permiso. Hace cuarenta y seis años me convertí en una ciudadana más en tu ascenso municipal y como tal es mi deber tener un buen comportamiento contigo y con tus ciudadanos, también soy consiente de que tanto mi familia como yo misma somos personas respetadas.

¡Nunca sentimos la marginación en tus calles!

Tu respeto y tu amistad siempre están disponibles.

Pero por mucho tiempo que pase mi tierra de origen y el pueblo que me ha dado una identidad nunca los podré olvidar. En esa tierra están todas mis raíces y diecinueve años de vivencias. Bueno tengo que hacer una aclaración, los seis primeros los viví en el campo y el resto en esto último en la ciudad, recuerdo que en la década de los sesenta por falta de medios mi familia tuvo que emigrar, y el destino quiso que tú fueses mi segunda ciudad.

Junto con mi madre y una maleta vieja un ocho de septiembre en la estación de Ecija, las dos subimos al tren.

Fue un viaje de largo recorrido, el más largo de toda mi vida de aquella época.

Un sábado, a las seis de la mañana, mi madre y una servidora en tu estación aterrizamos, una estación y unas calles que nada, tienen que ver con el momento presente.

Mi madre y yo fuimos recibidas por el resto familiar, menos uno de mis hermanos que estaba haciendo el servició militar.


¡No conocía tu idioma, ni tus costumbres y tampoco tu cultura!

Soy consciente de que los primeros meses fueron duros, muy duros. Pero también decisivos para entender, que en esta ciudad teníamos un futuro. ¡Un futuro asegurado! Pronto encontré trabajo, pues la mano de obra como empleada de hogar estaba muy solicitada y todas las chicas jóvenes que ibamos llegando no teníamos tiempo de pensar.

¡Té quedas o te marchas!

Esto fue un alivio para muchas casas de bien ya que necesitaban de este servicio, pues las locales estaban preparadas para el mundo de oficina o del comercio, aunque pronto hubo un cambio ya que el textil hizo su aparición y la mano de obra de la mayoría de mujeres que llegaban encontraron otro medio de trabajo para subsistir. ¡El textil! Éste hizo su aparición revolucionando a las mujeres de todos los pueblos.

jueves, 7 de junio de 2007

Mi querida tierra.



Mi querida Ecija. En tus calles, mi casa estaba, fuiste mi confidente, testigo de mis ilusiones, de mis alegrías y de mis tristezas. También de mis planes de futuro.

Un futuro incierto por falta de medios: medios que no existían en aquélla época. Pronto mi vida, mi alegría y mi futuro hicieron un giro de mil revoluciones por que mi família decidió buscar nuevos horizontes y un nuevo futuro.

Un futuro desconocido. Desconocido para todos. Así que cuando cumplí los diecinueve años te abandoné, te abandoné pero fué involuntariamente, yo jamás te habría dejado, y no lo hubiese hecho porque cuesta mucho dejar atrás diecinueve años y un montón de ilusiones para ir rumbo a lo desconocido.

¡Que Dios me dé suerte!