Nos conocimos en los sesenta.
Tú te casas yo me caso, tú me regalas yo te regalo, tú tienes una hija, yo tengo una hija, volvemos a los intercambios.
¡Me regalas, te regalo!
Pasa el tiempo y nuestras hijas crecen y llega la hora de los estudios, los estudios básicos, los superiores y los universitarios. Tu hija estudia abogacía, la mía filología.
Pasan cinco años, llenos de sacrificios, el tiempo sigue y llegó, el noventa y seis, tu hija se casa, la mía se casa, la tuya el veinte de julio, la mía el diecisiete de agosto.
¡Otra vez nos volvemos a reunir!
En el noventa y nueve nuestras hijas se convierten en madres y esto significa que tú y yo en abuelas, tú tienes un nieto, yo otro nieto. Así que las dos continuamos coincidiendo, tu trabajo y el mío tienen la misma categoría.
Hemos sido compañeras, en el trabajo y de mayor comenzamos en la escuela de adultos, tu marido y mi marido, también son muy parecidos y ninguno de los cuatros tenemos carné de conducir, aunque ellos, nos aventajan en una cosa. ¡Ellos tienen bicicletas!