Noviembre, mes elegido de la no violencia y el veinticinco día mundial de las reivindicaciones. ¡Reivindicación de apoyo a todas las personas afectadas de este fenómeno monstruoso y violento! Por tanto mi apoyo incondicional, tanto social como moral, para todas las personas maltratadas.
Creo que es un problema de todos. Y como tal, nuestro deber es denunciar y repudiar toda clase de violencia, porqué el mal tratador cuando maltrata, maltrata a todas las mujeres del mundo. Siendo su madre la primera.
Así que por la madre, por la esposa, por la hermana y por la hija, todos a la plaza para manifestar y dar apoyo a la no violencia. También creo que es un buen momento para reflexionar, cómo y cuando seremos capaces de poner fin a este horror que tiene por nombre violencia machista.
Las mujeres toda la vida han sufrido el maltrato desgraciadamente, con la diferencia de que lo sufrían en silencio y pasaba desapercibido, pero el maltrato psicológico puede ser mucho peor que el físico. También es cierto, o al menos es lo que yo pienso, que ahora hay menos hombres machistas, afortunadamente, pero la agresividad es mucho mayor. La violencia de ahora en ocasiones es con resultado de muerte. Ojalá hoy sea el principio de la eliminación de este odio irracional que hace tanto daño.
Hace días la coordinadora de apoyo a la mujer me dijo que hiciera un escrito reivindicativo de apoyo a la no violencia. La verdad es que pensé: "este tema es tan delicado que hasta tengo miedo de dañarlo". Pero he pensado que mantenerme al margen del problema hace incrementarlo, así que como mujer, como madre, como hermana y como abuela, me uno a y para la causa. ¡Ya que la unión hace la fuerza! Por tanto no violencia. No violencia de ninguna clase porque desgraciadamente hay demasiada entre otras la de los niños y la de las personas mayores.
¡La violencia no tiene justificación! En este momento me viene a la mente el título de un libro "Por quién doblan las campanas". Las campanas doblan cuando fallecen personas y este año las campanas han doblado demasiado. ¡Así que dejad de doblar! ¿Por quién repican las campanas? ¡Las campanas repican porque terminaron los malos tratos!
Hoy quiero hacerle un pequeño homenaje al vientre de la mujer. El vientre de la mujer es el primer hogar que tenemos las criaturas, en él vivimos los primeros momentos. Durante nueve meses nuestra madre nos prepara, nos informa y nos nutre, nos nutre transmitiéndonos los sentimientos de la vida, los cuales son muy importantes.
¡Los sentimientos abren las rendijas del corazón! Son las rendijas que le dan paso a las emociones, sin emociones no hay sentimientos y sin sentimientos no hay nutrición y el cuerpo necesita de este alimento para que se abran las rendijas de nuestro corazón.
Nuestra madre nutrió nuestro cuerpo con cariño y amor para que en un futuro seamos personas de bien. Personas con sentimientos que sepamos distinguir el bien del mal, que nuestras manos sólo sean para acariciar y nuestros ojos para llorar cuando tengamos emociones. Ella no pide hijos guapos o feos, pide hijos sanos, sanos de cuerpo y de alma, que sus órganos vitales estén completos. Que la belleza interior es la mejor y es la que ella quiere para sus hijos. Esto es lo que pide una madre.
¡Belleza interior!
Creo que es un problema de todos. Y como tal, nuestro deber es denunciar y repudiar toda clase de violencia, porqué el mal tratador cuando maltrata, maltrata a todas las mujeres del mundo. Siendo su madre la primera.
Así que por la madre, por la esposa, por la hermana y por la hija, todos a la plaza para manifestar y dar apoyo a la no violencia. También creo que es un buen momento para reflexionar, cómo y cuando seremos capaces de poner fin a este horror que tiene por nombre violencia machista.
El machismo siempre estuvo presente y será difícil ponerle fin porque está muy generalizado y el hombre mucho más agresivo.
Las mujeres toda la vida han sufrido el maltrato desgraciadamente, con la diferencia de que lo sufrían en silencio y pasaba desapercibido, pero el maltrato psicológico puede ser mucho peor que el físico. También es cierto, o al menos es lo que yo pienso, que ahora hay menos hombres machistas, afortunadamente, pero la agresividad es mucho mayor. La violencia de ahora en ocasiones es con resultado de muerte. Ojalá hoy sea el principio de la eliminación de este odio irracional que hace tanto daño.
Hace días la coordinadora de apoyo a la mujer me dijo que hiciera un escrito reivindicativo de apoyo a la no violencia. La verdad es que pensé: "este tema es tan delicado que hasta tengo miedo de dañarlo". Pero he pensado que mantenerme al margen del problema hace incrementarlo, así que como mujer, como madre, como hermana y como abuela, me uno a y para la causa. ¡Ya que la unión hace la fuerza! Por tanto no violencia. No violencia de ninguna clase porque desgraciadamente hay demasiada entre otras la de los niños y la de las personas mayores.
¡La violencia no tiene justificación! En este momento me viene a la mente el título de un libro "Por quién doblan las campanas". Las campanas doblan cuando fallecen personas y este año las campanas han doblado demasiado. ¡Así que dejad de doblar! ¿Por quién repican las campanas? ¡Las campanas repican porque terminaron los malos tratos!
Hoy quiero hacerle un pequeño homenaje al vientre de la mujer. El vientre de la mujer es el primer hogar que tenemos las criaturas, en él vivimos los primeros momentos. Durante nueve meses nuestra madre nos prepara, nos informa y nos nutre, nos nutre transmitiéndonos los sentimientos de la vida, los cuales son muy importantes.
¡Los sentimientos abren las rendijas del corazón! Son las rendijas que le dan paso a las emociones, sin emociones no hay sentimientos y sin sentimientos no hay nutrición y el cuerpo necesita de este alimento para que se abran las rendijas de nuestro corazón.
Nuestra madre nutrió nuestro cuerpo con cariño y amor para que en un futuro seamos personas de bien. Personas con sentimientos que sepamos distinguir el bien del mal, que nuestras manos sólo sean para acariciar y nuestros ojos para llorar cuando tengamos emociones. Ella no pide hijos guapos o feos, pide hijos sanos, sanos de cuerpo y de alma, que sus órganos vitales estén completos. Que la belleza interior es la mejor y es la que ella quiere para sus hijos. Esto es lo que pide una madre.
¡Belleza interior!