lunes, 24 de octubre de 2011

Sueños de la noche

Sant Magí: para que vele vuestras almas.
La pasada noche soñé con mi madre. La vi tal cual. Su fisonomía era la misma: su piel arrugada, su moño, con sus canas y su boca sin sus dientes. Nuestro encuentro fue en la segunda casa que alquiló mi padre cuando llegamos a Catalunya. El aspecto de la vivienda estaba tal como era entonces. Una casa grande con pocas comodidades y a pie de carretera. Conforme se entraba había un pasillo y a ambos lados dos habitaciones, la cocina y el comedor.


En mi sueño, la cocina estaba en fase de renovación y aunque no estaba terminada, el cambio era agradable y cómodo. Yo me alegré mucho y me puse muy contenta por mi madre porque ya era hora de que tuviese una cocina en condiciones.


Este sueño, a diferencia de otros, al despertarme estaba relajada y feliz por que aun y sabiendo que mi madre ya no estaba entre nosotros, para mi ha sido igual de relajante.

Incluso me he repetido varias veces que bien me encuentro después de ha ver visto a mi madre. Ojala esto fuese con mas frecuencia. Pero lo malo de los sueños es que cuando te despiertas todo queda en eso en un sueño.


Aunque a veces suerte que cuando el sueño de la noche ya no es tan bueno, te ves en la necesidad de decir: Gracias Dios mio que solo haya sido eso. ¡Un sueño! Yo espero que cuando vuelva a soñar lo haga paseando por este bonito camino y tener la suerte de encontreme con los tres.