Aun que soy persona de poco viajar, el domingo ocho y el quince de este mes he tenido la oportunidad de disfrutar de dos salidas culturales. De las cuales me ha quedado muy buenos recuerdos.
La primera fue a Barcelona Capital. Allí disfrutamos de un buen día de sol, de un estupendo, compañerismo y de un bonito recorrido turístico, como por ejemplo toda la zona marítima pasando por el gran hotel que tiene por nombre W. Un edificio impresionante por su estructura, donde persona de a pie es imposible que pueda conseguir una visita panorámica de su interior por razones monetaria. Aunque no obstante tuvimos la suerte de entrar en el vestíbulo del edificio y con permiso del equipo de seguridad conseguimos hacer algunas fotos.
Hecho esto recorrimos todo el paseo pasando por el puente de “la fusta” teniendo cada uno de nosotros un poco de libertad de movimiento hasta la hora de comer. La comida fue en el mismo recinto marítimo. Una vez terminada la comida nuestra primera visita fue al museo Picasso, dentro del museo no era necesario ir en grupo cada cual podía hacer su recorrido según sus prioridades ya que como en todos los museos hay un montón de cosas para poder admirar y por supuesto como en todos es muy difícil ver todo lo que hay expuesto en su interior.
Pues para esto haría falta como mínimo un par de días, yo de haber dispuesto de más tiempo, habría centrado mi atención en la historia escrita del artista ya que en cuestión de pintura entiendo poco. ¡Espero tener la oportunidad de volver en otro momento! Terminada la visita al museo Picasso pasamos a lo que a todos nos gusta, entrar donde puedas comprar algún que otro recuerdo así en un futuro puedes dar fe de que estuviste en ese lugar yo como soy asidua a estos sistemas compré un recuerdo a mi hija, otro a mi nieto y otro para mí.
Previamente ante de entrar en el museo nuestra guía nos informó de la hora y del punto de encuentro para que todos juntos fuésemos al autocar y marchar para el teatro el punto culminante de nuestra actividad cultural. Ver una obra musical, que hace que te olvides, de todos los problemas que hay en el mundo. La música, el decorado y el significado de la obra te atrapa todos tus pensamientos negativos. “La bella y la bestia” fue el broche de oro de esta agradable salida.
Terminado el espectáculo el autobús se esperaba delante del teatro y a las diez de la noche llegamos a nuestros destinos sanos y salvos. Estas son algunas de las fotos del recorrido cultural en la Capital Condal. Ocho de noviembre, dos mil nueve.