jueves, 1 de noviembre de 2007

Día de todos los Santos

Hola a los tres. Hoy como cada año obligatoriamente me toca cumplir con un trabajo triste. Este trabajo por circunstancias de la vida me ha tocado a mí hacerlo y este año precisamente hace cuarenta. Cuarenta por uno de los tres. ¡Por ti Manolo! Treinta y ocho por ti padre y veintitrés por mi madre.

Yo después de tantos años aún no había caído en la cuenta de algo, siempre pensé no entiendo el porqué de las cosas, el día uno de noviembre es el día de todos los Santos y el dos el de los difuntos, en cambio la tradición de ir al cementerio es el uno y yo pensaba ¿Cómo puede ser esto? Hoy ya lo entiendo y sé el porqué de las cosas: Hoy es el Santo de mi padre, el de mi madre, el de mi hermano y el de todos los que están en el cementerio y es el día dedicado para rendirle un homenaje a todos juntos.

Yo en el día de hoy aprovechando este momento de atención especial quiero deciros algo, lo que yo quiero decir es que mis visitas al cementerio son algo escasas pero también quiero que sepáis que no es por descuidos ni por falta de ganas, pienso en vosotros constantemente, pero en la vida de los vivos hay muchas obligaciones y siempre no se puede cumplir con todo.
Yo cuando hace mucho tiempo que no os hago una visita me siento muy mal conmigo misma, y el día que vengo aunque sólo sea un momento al regresar a casa todo el tiempo voy repitiendome que bien me siento. ¡Hoy mi alma esta tranquila! Tendría que venir más a menudo.

En el día de hoy mi alma esta tranquila pero al mismo tiempo triste. Tranquila porque el tiempo me ha permitido dedicaros unas horas, las justas para hacer lo que tengo que hacer que en definitiva el tiempo empleado no es nada porque pronto el trabajo está hecho. En cambio la satisfacción que siento es inmensa cuando lo veo limpio y con las flores puestas.
¡Después viene la tristeza cuando descubro que el pueblo de los difuntos cada día va creciendo! A mi no es que me guste mucho estar demasiado tiempo dentro de este lugar pero en un día como el de hoy te ves moralmente obligada a hacer un recorrido y este recorrido te llena de escalofríos por todo el panorama que estas presenciando.

¡Un panorama que no se puede evitar!

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