lunes, 29 de octubre de 2007

Fragmento de mi vida

Este escrito es un fragmento de mi vida, y es un trabajo a petición de mi profesora Gema. Comienza así:
Martes doce de marzo año sesenta y tres junto con una cuñada mía, fui a que me contrataran como empleada de hogar en una casa muy conocida de Tàrrega. Recuerdo que la primera persona que nos atendió fue la nuera de la casa, tenía puesta una falda plisada, el plisado estaba hecho a máquina y era de un beige matizado.

Nos acompañó hasta el primer piso que era donde vivía la familia donde yo tenía que ser contratada. Abrió la puerta la persona que nos acompañaba y dice: “mamá ha venido una chica para la plaza del trabajo”. ¡Hola, me llamo Teresa, yo Valle le conteste!, Hablamos del trabajo y en que consistia, me enseñó la vivienda y le dige lo que queria ganar. Ah! nunca he pagado tanto!

Acordamos otro con la condición que si estaba contenta me pagaría el que le dije. Pasó el mes y cuando me paga me dio el que yo le dije. El día de la entrevista fue un doce pero yo le dije que hasta el veinte no podía comenzar, porque en casa de mis padres estábamos de cambio y la nueva casa se tenía que pintar. La señora me contestó que estaba de acuerdo, pero que yo desde ese mismo momento estaba contratada y que cobraría desde el día doce. Cuando me pagó me dice que estaba tan contenta que me daba el aumento como prometió.
Recuerdo que del aumento no le dije nada a mis padres, porque el sueldo lo tenía que entregar al completo. Y este fue el motivo de que me callara el aumento, pues eso era de lo único que yo podía disponer. Así que me vi obligada a callar la verdadera cantidad del sueldo.

A partir de ese momento fue pasando el tiempo hasta llegar a los veinte años de trabajar en esta casa, estando en ella me casé, fui madre y cuando marché como empleada de hogar lo hice para hacerlo en mi propio negocio, junto con mi marido. Cogimos un bar en traspaso, sin entender nada de este negocio, de números tanto mi marido como yo estábamos pegados. Pero gracias a la valentía de los dos hoy vivimos de aquel atrevimiento.

¡Aquí termina un pequeño fragmento de mi vida a petición de mi profesora Gema!

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