sábado, 10 de noviembre de 2007

Recuerdos (Cuarta parte)

De esta casa no me quedó buen recuerdo porque un día sin saber el porqué, el marido me despidió me dijo coges tus cosas y marchate yo así lo hice. ¡Cogí mis cosas y me marché a mí casa! Era tarde noche y mí madre toda sorprendida me preguntó qué era lo que había pasado. Hoy por hoy aún lo tengo que saber. Pasados unos días fueron a casa para decirme que volviera la verdad que me sentí muy alagada, pero mí orgullo me hizo contestar que no. Después de esta casa entré en otra que estaba a las afueras del pueblo.

Esta familia tenía cuatro niños y nunca mejor dicho porque eran barones: Desiderio, Fernando, Pepe y Alejandro. Su madre Ana y su padre Fernando. En esta casa no me quedaba a dormir. Mi madre y mi hermano pequeño cada noche iban a recogerme y para ellos suponía una mala tarea porque en aquellos tiempos todo lo teníamos que hacer andando así que mi madre me pidió que lo dejara.

Así lo hice pero marche con tristeza porque el tercer hijo me quería mucho y me daba pena dejarlo. Estuve algunos días en mi casa sin trabajar, no muchos porqué yo prefería más estar ganando un dinero que estarme en casa trabajando y no ganar nada, esta fue la última casa que trabajé en mi pueblo.
Era una familia de diez personas: la madre, la abuela y ocho hijos, dos hijas y seis hijos. Sus nombres son estos: la abuela Elena, la madre María, los hijos José, María, María del Valle, Elena, Alfonso, Javier, Miguel, Jesús y Pablo.

De esta casa tengo buenos y malos recuerdos pero no los explicare, ni los buenos ni los malos porque si tengo que decir tal como fueron las cosas alguien quedaría mal parado así que no diré nada. Lo único que si haré es terminar con estos recuerdos de mi juventud diciendo que muchas noches sueño con esta casa y con esta familia. Espero que estos sueños sean por los buenos recuerdos y no por los malos.
Ahora hago una pausa pero mañana volveré con más historias.

Bueno después de una pausa de una noche y un día he vuelto para continuar con lo prometido y con lo que pueda recordar de mis vivencias. Aclarado este punto continúo con mi objetivo que trata de lo siguiente.

En esta última casa estaba a pensión completa y esto significa que tenias que dormir en este lugar, las tareas comensaban a las ocho de la mañana hasta las doce de la noche.

Yo estaba contratada para el servicio doméstico, recuerdo que éramos cinco mujeres y un hombre, su nombre era Curro, él hacía de cochero. Este era el medio de transporte de las personas adinerada de aquel tiempo. ¡Coche de caballo! Los coches de hoy no existían.

¡Algo increíble! ¿Verdad?

El trabajo de las mujeres estaba repartido de la siguiente forma: Carmen hacia de cocinera, Jacinta de planchadora y costurera, Paca de lavandera, Ana y yo hacíamos el trabajo de cuerpo de casa, este era el nombre que tenia nuestro trabajo, ¡Cuerpo de casa!. La cocina, la plancha y la colada estaban fuera de nuestras obligaciones.

¡Doy por terminados estos recuerdos de mi juventud!


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