Este escrito se lo dedico a Marc, a mi nieto. Al que quiero con todo mi corazón. ¡Le quiero tanto que hasta mi cuerpo se emborrona de dolor! A parte de esto quiero que sepa, que me gustaría ser el poeta de sus oídos, el remedio de su dolor, el ángel que guia su camino y el balsámico de su corazón para que éste no sufra nunca.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario