lunes, 9 de agosto de 2010

Família

Hoy quisiera estar entre las nubes, para estar más cerca de vosotros. Y ya que estoy tan cerca intentaría de haceros una visita.

Yo no se si reconoceríais mi cara pero os puedo asegurar que yo sí que distinguiría la vuestra entre miles y miles de personas, porqué estáis dentro de mi memoria tal como el primer día, a pesar del tiempo.

Y una vez que esté dentro, pediría permiso a nuestro redentor, para que me deje entrar el día que lo necesite. Siempre y cuando sea merecedora de ese privilegio.

Bien padre hoy estuve analizando un poco tu recorrido por la vida, una vida llena de carencias y de sufrimientos, pero sobretodo de mucha injusticias, algo incomprensible. Incomprensible porque siempre fuiste un hombre luchador, honrado, formal y por encima de todo muy buena persona. Pero el destino, no contento con todo esto, te sometió a la dura prueba de perder uno de tus hijos.
Esto hizo acelerar tu enfermedad y a los dos años de la perdida de tu hijo y de nuestro hermano, tú emprendiste camino a lo desconocido. ¡Un camino sin retorno! Seguramente querías estar cerca del pequeño Manolo. Dejando atrás a nuestra madre y a cuatro hijos más.

Otra de las cosas que te quiero contar es que hace muy pocos días que he cumplido sesenta y nueve años así que tengo cinco años más que tú en el momento de tu partida, pero yo aun me siento como una niña desvalida que necesita de la presencia de un padre.

Aunque por edad, hoy por hoy, tendría que haber sido al revés. Pero no pudo ser y la vida o el destino os privo de ese requisito.

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