
Esta palabra únicamente es comparable ala palabra madre, porque madre sólo hay una.
No hay árbol que no mueva el viento, ni barco que navegue sin necesitarlo.
Y no hay espina que permanezca clavada toda la vida, ni herida que pueda cicatriza en toda la eternidad.

Paulino y Marc, abuelo y nieto en el parque del Retiro
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