domingo, 13 de junio de 2010

Campo de amapolas

Entre mariposas, amapolas, surcos, arados y caballos, te pasaste muchas horas. Pues una buen parte de tu vida la dedicaste al campo e incluso sin tener estudios y sin que nadie te enseñara fuiste el administrador de dos cortijos andaluces. Un cargo que cumpliste con orgullo y con honor.
¡Esas eran tus credenciales! Orgullo y honor, dos cosas acompañadas de la palabra y del apretón de manos. Seguramente, que el trabajo del campo lo llevabas en la sangre.

Así que padre hoy como es tu Santo, te regalo este trocito de campo, lleno de amapolas. Y la flor del pensamientos, la que yo he transformado en Mariposas para que depositen en vuestras almas un beso.

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