sábado, 10 de enero de 2009

La pasada noche

soñé con agua y plantas, muchas plantas, todo mi sueño ha sido muy peculiar. ¡Como yo misma que me considero como tal! Mi trabajo consistió en regar, el riego fue con una manguera muy rara y aquí también tengo que utilizar la ironía pensando con migo misma ya que todo el mundo y yo misma considero que mi carácter es raro, raro como el señor Iglesias que en paz descanse. Es un adjetivo que llevo en cima desde hace mucho tiempo. ¡Que le vamos hacer! Mi sueño lo considero tan peculiar como las Navidades de este año, que también lo han sido.
Ya que en fechas navideñas es cuando se reúne la familia y se preparan los grandes manjares. En mi casa ha sido todo lo contrario, poca familia y poca comida. Noche buena y Navidad Paulino y Valle, Valle y Paulino, cena y comida como un día cualquiera y no ha sido por culpa de la economía. ¡No, ésta no ha sido la culpable! Yo, estas fiestas no las destaco por las grandes comidas ni tampoco por las grandes familias, cada una tiene la que tiene.
Yo estos días los destaco por los sentimientos. Ya que Navidad y sentimientos son dos cosas que van unidas. Lo material me tiene sin cuidado. Y si la familia es reducida igual que la mía pasan estas cosas, no se puede pedir más.

La noche mágica, por problemas de salud, en este caso la mía no hubo cena y tampoco uvas de la suerte y sigo pensando lo mismo, no me preocupa. ¡Aunque el simbolismo de las uvas si que me gusta!

Espero que por el hecho de no haberlas tomado mi suerte no gire en sentido contrario. Siempre y cuando que esta sea buena. La última noche del dos mil seis fue exacta a la de este año. ¿Habrá sido mala suerte o casualidad? Solo Dios lo sabe espero que la próxima noche vieja no se repita mi mala suerte y nos deje sin uvas de la suerte.

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