domingo, 22 de julio de 2007

Recuerdos de la infancia

Mi nombre es Valle, tengo sesenta y cinco años, ocho meses y dos días en el momento de hacer esta redacción. Nací en la provincia de Sevilla, en Ecija. Y hace cierto tiempo que estoy asistiendo a la escuela de adultos. Y conjuntamente con un grupo de compañeras, hemos pensado de hacer algo creativo, aunque para esto, seguro que será necesaria la ayuda de nuestras profesoras. ¡Ellas están encantadas! Y nosotras parecemos niñas con zapatos nuevos. ¡Estamos muy ilusionadas con nuestro proyecto! La verdad es que nos hace mucha ilusión. Esperamos poderlo realizar.

Y si es así al final nos sentiremos orgullosas de nuestra creatividad. El deseo nuestro es de escribir un libro y que cada una de nosotras aporte lo que buenamente pueda, por supuesto que será un poco complicado ya que estamos algo justitas en estudios y la colaboración de otras personas nos será muy necesaria.

De momento estamos en ello y la idea nos hace muy felices, aunque tambien nos da algo de miedo ya que un libro no es para dejarlo en un rincón, un libro es para leerlo y de ahí nuestro miedo y nuestras dudas. ¡No es para menos! Ya que estos escritos los tendrán que leer otras personas.

Aunque nos hemos acogido a ciertos refranes que dicen: “quienes no se embarcan no se marean”, “niño que no llora no mama” y la vergüenza es verde y se la comió un burro. (Así que este es el motivo de que hayamos perdido la vergüenza)


La finalidad del libro es que cada una de nosotras escriba algo de sus vivencias ya sean del pasado, o del presente y es ahora cuando nos planteamos: ¿Qué podemos contar? Ya que la mayoría de lo vivido son cosas tristes. Y las cosas tristes las tenemos que desechar.

¡O no!

Yo, los recuerdos que tengo son, que fui niña, adolescente y adulta, hoy ya soy mayor. ¡Hoy si tengo cosas importantes que contar! Hoy tengo mi propia familia. Tengo un marido, una hija, un yerno y mi nieto. Un nieto precioso que tiene ocho años: bueno aún le faltan diez días y su nombre es Marc, el de mi hija Núria, el de mi marido Paulino y el marido de mi hija se llama Christophe

De mi niñez no puedo decir grandes cosas, de mi adolescencia tampoco y cuando fui una persona adulta parecía que las cosas se estaban arreglando, pero duró poco, pues cuando yo tenía veinticinco años murió mi hermano pequeño con veintiuno. Así que no puedo decir qué bien lo pasé cuando era niña!. O cuando fui adolescente. ¡No yo no tengo buenos recuerdos! Y tampoco cosas bonitas para contar de mi pasado.

Además, en aquella época no teníamos reyes Magos, no asistíamos al colegio y no hacíamos

la primera Comunión la mayoría de los niños.

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