Hola hermano; ¿qué te parece esta foto? ¿Verdad que es bonita? ¡Me encantan las nubes blancas! Cuándo las miro veo detrás de ellas a Ángeles volando y mi subconsciente me dice, quien sabe, puede que sea alguien de mi familia. En este caso me gustaría que fueses tú el que esté detrás de esta blanca y bonita nube, ya que Dios te reclamó a una temprana edad y que mejor color que el blanco para proteger tu alma y tu profundo sueño. Un sueño que el día que entra en nosotros ya no tiene retroceso. Así que espero que esta preciosa y blanca nube pueda llegar hasta vosotros.
¡Especialmente hasta ti!
Esta otra que tiene tus iníciales y la fecha, de tu último día de tu vida. Es la toalla que un día muy lejano le trajiste a nuestra madre con el instintivo de la empresa en la cual tú trabajabas. ¡Seguro que la recuerdas!
Hoy en mi mente tengo tres fechas. Tres fechas las que quiero destacar; dieciséis de agosto del cuarenta y cinco, cuatro de junio del sesenta y siete y cinco de junio también del sesenta y siete. Entre la primera y la segunda fecha hay un sinónimo de alegría. ¡Alegría por el nacimiento de Manolo! El quinto hijo de Antonio y de Celia. Unos padres campesinos, luchadores y con ganas de progresar. Pero su mala suerte como trabajadores de campo, Antonio y Celia deciden, probar suerte en la Ciudad. Venden su poquita tierra, su poquito de ganado y comienza una nueva vida en el asfalto. Pero si el campo les fue duro, no menos duro les fue en su nuevo intento. Trabajo que comenzaban, trabajo que fracasaba. Cansado de su mala suerte, Antonio en su propia casa ponen una tienda de comestibles conjuntamente con un despacho de pan y otro tanto de lo mismo. La mala racha continua y al final se le cumplió ese refrán que dice, que todos los ríos vuelven a su cauce. Y de nuevo Antonio vuelve a lo que le gusta y a lo único que él sabe.
¡Trabajar en el campo!
Y como del campo salen las flores. ¡Para vosotros este bonito paisaje!
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