martes, 4 de agosto de 2009

Los sueños

A veces son motivos de argumentos para escribir una historia. Hoy gracias al sueño que he tenido con mi madre puedo escribir una y ponerla en el blog, ya que últimamente por razones involuntarias mis escritos han disminuido bastante.

La pasada noche tuve un sueño, el sueño ha sido con mi madre. Yo la he visto tal como era, mayor, muy mayor. Aunque tengo que decir que yo a mi madre siempre la vi mayor, ya que cuerdo yo nací comenzaron a caérsele los dientes y más que parecer mi madre,
parecía mi abuela.
¡La abuela que nunca tuve! Yo, de pequeña, sentía envidia sana de aquellos niños que si la tenían.
Bien, mi sueño ha sido como he dicho antes con mi madre, ella aún vivía en la segunda casa que alquiló mi padre cuando llegamos a Catalunya. Esta casa era grande, vieja y de malas condiciones. He llegado a la casa llamando a la puerta y nadie me responde le doy un empujón a la puerta y esta se abre, comienzo a llamar a mi madre. En su lugar me encuentro a tres hombres, estos son trabajadores de la construcción y me dicen su madre está en el corral, nosotros venimos para hacerles un presupuesto. Quiere que les hagamos la vivienda nueva porque la que tiene está muy vieja. Yo les contesto muy bien pero díganme cuánto cuesta ya que yo quiero correr con los gastos.

A esto que comienzo abrir puertas y más puertas, la de la cocina, la del comedor, la de las habitaciones y la del pasillo.
¡No quedó nada por mirar!
Cuando todo estaba previsto, referente a la obra me despierto y todo queda en nada. Así que los sueños tanto si son buenos, como si son malos te hacen daño, los buenos porque cuando despiertas todo es mentira y los malos precisamente por eso porque son malos.
Aunque esto es mejor que nada.
¡Ya que gracias a los sueños podemos ver a nuestros seres queridos!

Piedra y agua, dos fuentes de energías, esta foto tiene las dos cosas.
¡Es fuente y piedra!

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