Cada día una melodía.

Un día lavamos; otro planchamos; el siguiente vamos al supermercado para abastecer la despensa... Y aún nos sobrará tiempo para ir a la escuela de adultos, donde aprendemos matemáticas, catalán y otros idiomas porque el mundo cada día es más internacional. Y como debemos estar bien preparados, aún nos atrevemos con la informática.
Al principio tienes miedo. ¡Yo fui una de ellas! Hoy, más o menos, tenemos un poco de noción en la materia e incluso escribimos en un blog: poesía, refranes y un poco de nuestras vidas, todo ello gracias a la escuela y a los profesores que han puesto a nuestra disposición una página web para escribir lo que se nos pase por la cabeza.

Y como somos muy organizadas, aún nos queda tiempo para ir al gimnasio, a la piscina, a caminar y al teatro.

Pero lo más importante de todo es cuidar con mucho amor a nuestros nietos.

Por hoy termino aunque volveré, haciendo honor a una frase de Camilo José Cela, esa que dice que siempre hay algo que escribir si tenemos algo que decir.

Y yo quisiera tener mientras pueda, algo que poder escribir.

Adelante compañeros del blog. ¡Que no decaiga el ánimo!