miércoles, 17 de octubre de 2007

Una noche de verano

En la plaza te encontré. Nos sentamos en un banco hasta el amanecer. Hablamos del pasado del presente y del futuro, quedando para el día siguiente. Cumplo con lo acordado y aún espero que te presentes. Varios meses han pasado y tengo la corazonada de que tú sólo existes en mi imaginación y que en la plaza sólo estuve yo.

Si esto es así mi cabeza comienza a desvariar y si yo tengo razón de que en la plaza estuvimos las dos espero una pequeña señal para poder decir que bonito sería todo aquello de lo que hablamos si fuese verdad, el mundo estaría lleno de colores, colores preciosos. ¡Pero mucho me temo que todo es una metáfora dentro de mi imaginación!

O una alucinación en mi cabeza ya que el mundo cada día pierde su color original, que tanto tú como yo escogimos, nuestros colores favoritos: paz, esperanzas, entendimiento e ilusiones. Estos fueron los temas de nuestra conversación.

Acentuando que sería bueno cambiarle el nombre al lema ese que dice: "fueron felices y comieron perdices".¡Hay que decir somos felices y comemos perdices!

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