lunes, 1 de octubre de 2007

Relatos

Relatos
Estoy segura de que la mayoría de relatos son alegres. O tal vez no y sean ristes sean cual sean detrás de cada relato hay una verdad y esto es lo que cuenta.

Estos relatos son fragmentos reales de la vida real de personas conocidas y de familiares. La primera historia es esta. Erase una vez allá por la década de lo cuarenta una niña fue beneficiada en una familia de acogida, aunque no a pensión completa.

Únicamente fue acogida en plan alimenticio pues en su casa este requisito, tan necesario era más que justo. ¡Como en muchas más familias! Yo no se los termino para hacer el reparto porque no fue sólo esa niña, fueron muchas más y entre esos más estaba ella.

Pero aparte de recordar la situación de la casa y a pesar de ser bastante pequeña también tiene muy presente el olor de la comida y el nombre de la calle y como algo anecdótico el nombre era calle beneficiado numero ocho la misma edad que la niña beneficiada.

¡Pobre niña, la niña beneficiada!

Las lágrimas de un padre.

Un padre en su lecho de muerte. Con su familia alrededor.
No temo a la muerte temo al sufrimiento de vuestro dolor.
Sólo os pido una cosa.

Cuando yo marche cuidar de vuestra madre que este será mi premio para que mi alma llegue serena y mis lágrimas se conviertan en sonrisas haya en el paraíso.

Después que haya dejado el camino de los vivos, un camino lento, lento y angustioso que juntos hemos recorrido.
No peguéis a los chiquillos. ¡Pobres niños!

Las últimas palabras de un padre.

¡Mi padre!

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