La mayoría de familias planifican las vacaciones con mucha antelación y los meses favoritos son julio y agosto.Desde hace varías décadas las vacaciones se han convertido en una necesidad. Pero también en un problema sociológico, es un cúmulo de agotamiento para todo y por todo. Yo no estoy en contra del descanso pues esto es una necesidad para la mente y para el cuerpo.
Yo dudo mucho de que al terminar las vacaciones las personas estemos físicamente al cien por cien cuando yo era joven las vacaciones no existían seguramente por que los medios económicos no lo permitía y tampoco por que no se consideraban de primerísima necesidad.
¡Hoy todo es diferente! Y todos, más o menos, podemos disfrutar de unos días de descanso. En nuestra casa hace tres años que la primera semana de septiembre nos cogemos unos días para descansar y junto con nuestro nieto estamos fuera de la rutina diaria aunque la finalidad del descanso es está unos días con Marc en plan de relax para complacerle en todo aquello que a él le gusta.
¿Y qué es lo que le gusta?
Coger el trenecito, el barco, el autobús, tomar el aperitivo y caminar. Dormir pronto, que le explique un cuento, levantarse temprano, ir al comedor para desayunar, coger lo que le gusta, hacer cola para las tostadas, preparar los cereales, etc.
Esto le hace feliz, a él y a sus abuelos. El agua de la playa o la de la piscina no entra en nuestros planes por que Marc en agosto ya disfruto de todo esto con sus padres. Hoy todo ha quedado atrás y cada uno en sus puestos. Los niños a colegio, los padres al trabajo los abuelos a cuidar de nuestros nietos y combinar el trabajo de canguro con nuestras actividades que son tantas que sería imposible cumplir con todas.
Yo con esto que estoy haciendo en este momento aparte del trabajo de mi casa, y cuidar de mi nieto las horas me vienen escasas.
¡No hay tiempo de aburrirse!
No hay comentarios:
Publicar un comentario