El futuro ya es pasado, el pasado ya no existe, y lo venidero esta presente. El dieciocho de agosto del dos mil seis fue un día triste, ese día perdimos a nuestro amigo. Y cuando se pierde a un amigo algo se pierde en el alma. Eso lo dice una canción, hay otra que dice: “quiero tener un millón de amigos” tú nuestro amigo no necesitas de ese estribillo, tú ya tienes más de un millón.
Hola amigo de tantos amigos, aunque de algunos más que de otros. Mi familia y yo hemos tenido suerte por que estamos en el grupo de los más. Hoy ya hace un año que te dijimos adiós. La iglesia estaba llena de lado a lado entre familiares y amigos, los bancos estaban completos, los del medio, los de los lados y muchas personas no nos pudimos sentar.
La misa fue muy emotiva, no era para menos. ¡Se trataba de tu funeral! Y esto nos produjo tristeza, dolor y mucha emoción. Una persona leyó un poema precioso de parte de tu familia, y al final de la misa se leyó una lectura que nos dejó a todos completamente compulgidos.
La lectura decía así: eres una guitarra de cinco cuerdas que en tu tierra todo el mundo te quería, y que cuando llegaste a Catalunya, poco a poco te rodeaste de amigos y de muchos conocidos, que son tantos o más que los que tenías en tu propia tierra de origen.
La verdad es que no estaba equivocado, es cierto todo lo que dijo.
Yo a la guitarra le he puesto un nombre. ¡El nombre de amigo fantástico! amigo de tus amigos, guitarra de cinco melodías. Que el dieciocho de agosto del dos mil seis dejó de sonar, porque las cuerdas perdieron todas sus fuerzas para seguir con su música y con sus canciones.
Aunque seguro que tu guitarra nunca parará. Y todos los que estamos aquí seguiremos bailando al compás de tu guitarra porque no la podremos olvidar.
Tus amigos
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