¡Último encuentro!

El trece de agosto, del pasado año, fue el último día que Paulino y yo nos reunimos con nuestros amigos Julia y Alejandro. Alejandro, hoy descansa en un lejano lugar. Un lugar como el paisaje que tenemo delante.

¡¡Entre la tiniebla y la naturaleza!!

A las once de la mañana nos fuimos para la estación, y después de un buen rato de espera nos dijeron que el tren había tenido una avería y lo que tenia que ser un día completo se redujo a la mitad. Así que el tren fue el causante de este percance.

Pues nuestra intención era la de estar con ellos el mayor tiempo posible. ¡Es todo cuanto podemos hacer! Quiero dar las gracias a Dios por habernos dado la idea de ir ese domingo y pasarlo con ellos. Cuando llegamos a la clínica él estaba comiendo, la comida era puré de calabacín, pescado con verdura y de postre manzana al horno, seguida de un vaso de gazpacho. Esto ultimo fue llevado de su casa.

Recuerdo que después de la manzana nos dijo: aún tengo un rinconcito en mi estomago para otra cosa. Otra cosa le dije: ¡pero si ya te has comido el postre!, ¿qué más té falta? Una cosa muy buena.

¡Era el gazpacho esa cosa tan buena!

Cuando él termino de comer, Paulino, Julia y yo, nos marchamos fuera del recinto hospitalario. Él mismo nos dijo: marchar a otro sitio para comer, no os quedéis en el hospital. Estoy segura que lo dijo porque a su mujer no le gusta las comidas de las clínicas.

¡Ir tranquilos! Yo estoy bien y me puedo quedar solo.

Cuando regresamos, estaba mirando la televisión, televisaban un partido de fútbol, por cierto, era el real Madrid, ese día se encontraba muy bien, tan bién que siguió todo el partido, cuando terminó el encuentro, nos despedimos de él, su mujer nos acompaño hasta la planta baja y de pronto lo vimos en el vestíbulo. Bajó por el ascensor para decirle a Julia que se viniese a Tàrrega con nosotros, y como es de suponer ella le dijo que no. Si marcha que yo estoy bien y tú tienes que descansar. Hay termino todo, ya no le vimos más.

¡¡Hoy ya hace un año!!