Padre: hoy mi mente está retrocediendo en el tiempo y mi retroceso me sitúa en el día de tu despedida. ¡¡Tu despedida en el lecho de muerte!! Que por mucho tiempo que pase yo nunca lo olvidaré.
Siempre he oído decir, que san Antonio es el mediador de los matrimonios y yo creo que tú eras el que mediaba para tener la familia unida. La disciplina, la formalidad y la palabra de honor fueron tus credenciales. Otra de tus distinciones fueron tu físico y tu porte elegante a pesar de ser hombre de campo. ¡¡Tenías un porte distinguido y señorial!! Eras culto en vocabulario y fuiste de las pocas personas que sabía leer, escribir y también de números y eso que tu nacimiento fue en mil novecientos cinco.
Esto no fue inconveniente para ti para poder disfrutar de ese requisito.
¡Un requisito que no tiene precio al menos es lo que yo pienso!
Creo que las personas de tu generación que tuvieron la suerte de aprender a leer, a escribir y conocer las cuatro reglas fueron personas afortunadas. Por que estoy segura de que, en tu época, la mayoría de familias sobre todo las más humildes no tenían la posibilidad de ir a la escuela. Seguro que tú fuiste uno de ellos pero por suerte Dios le da a las personas una inteligencia especial para que ellas mismas puedan ser su propia escuela y su propio profesor.
¡Esto fuiste tú tu propia escuela y tu propio profesor!
Bueno padre este ha sido mi pequeño homenaje en el día de tu Santo. Ojalá pueda llegar allá donde tú te encuentras ¿quién sabe? Ahora hay medios increíbles como, por ejemplo este de la informática que llega a todos los rincones del mundo. Gracias a los avances tecnológicos todo esta al alcance de todos.
Esto me recuerda la noche del veintidós al veintitrés de julio del sesenta y nueve, que tú junto con toda tu familia y con una avanzada enfermedad estuviste toda la noche pendiente de que el hombre pisara la luna por primera vez. Ese fue el comienzo de un nuevo mundo.
¡Hoy los avances y las nuevas tecnologías están convirtiendo a nuestro Planeta Tierra en algo peligroso!
Si con la mente pudiéramos conseguir todo lo que esta abarca, seguro que se cumplirían todas nuestras ilusiones; pero por desgracia nos tenemos que conformar con hacer volar nuestra imaginación y nuestra fuerza para que haga llegar a todos los rincones mensajes como este.
Este es mi padre cuando era joven. En la descripción que hago de él queda demostrado
¡Va por vosotros, familia!

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