viernes, 24 de octubre de 2008

Encuentro sin resolver

Esta mañana estuve en Lérida capital. Hace días que tenía pendiente un encuentro con una persona, para darles las gracias personalmente por haber hecho posible que algunos episodios de mi vida entraran en tres escuelas. Estos episodios fueron escritos por mí misma y recopilados para ponerlos dentro de un libro.

Un libro que tiene por título “Historias de cada día”. ¡No podía ser otro! El viaje ha sido ir y volver, ya que el objetivo sólo era encontrarme con esta persona. Tres horas y media han sido suficientes para realizar lo cometido. Y ha sucedido lo que yo ya me temía, la persona con quien me tenía que encontrar no estaba en su lugar de trabajo, así que no he podido cumplir con lo que yo deseaba: poder darle las gracias personalmente aunque era algo que yo ya preveía así que le he dado las gracias por escrito dejándole una nota junto con mi libro, que en agradecimiento le he regalado uno con una bonita dedicatoria.

Gracias de nuevo. ¡Espero que le guste! Este corto viaje me ha traído recuerdos de los tiempos de estudios de mi hija ya que el sitio de encuentro con la persona en cuestión está en la zona donde ella estudiaba y cuando he pasado por la universidad me han dado ganas de entrar y recrearme un poco para recordar aquella época. Aún recuerdo el día que fuimos para matricularse. Ese día entre los nervios y la emoción se le cayó a Núria el monedero en el banco donde estábamos sentadas y suerte que lo vimos porque dentro había el importe de la matricula, esto ha quedado para mí como una anécdota.
Pero a parte de esto tengo muchísimos recuerdos los que aparte de satisfacciones también me van dejando nostalgias porque el tiempo te sitúa con casi dos décadas más y esto ya no es tan interesante. Por suerte y a pesar de los años que se me van acumulando tengo buena memoria y este requisito te ayuda a vivir de los recuerdos bonitos. Yo la viví intensamente, esta etapa de mi hija porque tuve la oportunidad de intervenir en muchas ocasiones para hacer algún que otro trabajo burocrático y esto me daba vida. ¡Y hoy me ha hecho retroceder en el tiempo

De vuelta a la estación he caminado algo más tranquila, esto ha hecho que a mi mente se le despierten las ideas para escribir, porque esta última semana mi mente ha tenido un solapamiento y mucho me temía que esto me puede apartar del entretenimiento que yo tengo. ¡El de escribir historias! Por suerte hoy he tenido una nueva historia para contar, mañana Dios dirá.

Ah, por la calle Mayor me he cruzado con una persona que en la semana cultural de mi escuela vino a dar una conferencia, una conferencia que en su momento no le pude dar respuesta pero habría sido muy interesante porque el tema lo merecía.
¡Puede que algún día lo haga!

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