sábado, 27 de septiembre de 2008

Curso de catalan

En septiembre del noventa comencé en la escuela de adultos para recibir clase de analfabetismo. Este septiembre del dos mil ocho he comenzado en la misma escuela pero para hacer un curso de catalán, con un nivel superior del que he venido haciendo hasta ahora. Yo a pesar de llevar cuarenta y ocho años en Cataluña, ni lo hablo, ni lo escribo.

¡Lo leo y lo entiendo! Pero para que yo pueda ir a la paz de mis compañeras haría falta tener un poco de dominio en las dos cosas que me faltan. Tengo que reconocer dos cosas una que en esta clase me siento una persona realizada, pero también pienso que me he metido en camisa de once varas ya que no podre seguir el ritmo de mis compañeras, en la clase somos de momento doce persona con la profesora elle tiene el nombre de Nuria, es una persona joven y muy dinámica y es el segundo año que comparte clase en esta escuela, pero a pesar de conocerle el primer día de clase me sentía fuera de lugar ya que todos estos años he estado en el nivel más básico.

Pero ahora por circunstancias de la vida no puedo asistir a la clase habitual. ¡A la de toda la vida! Y para que no se cumpla ese refrán que dice, la vejez no es solo toser, estornudad y preguntar que hora es, yo he querido probar suerte asistiendo a esta clase de catalán, aunque no pueda seguir el ritmo de mis compañeras. Así que si la profesora no me despide yo tirare para adelante por que todas a lo que vamos, es para aprender.

A mi lo único que me achica es que no escribo ni hablo catalán y por esta razón no podre participar en el dictado de grupo. ¡Algo que me encantaría! En la clase me encuentro bien y me considero una persona realizada algo parecido a una alumna que ha pasado de la enseñanza primaria a la enseñanza secundaria, que por fin me libere de la espina que siempre tuve dentro de mi alma.

Ojalad Dios me de voluntad y esfuerzo para llegar a fin de curso.

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